lunes, 19 de abril de 2010

RIO KINABANTANG

Empieza la Naturaleza


No tuvimos mucha suerte en el Centro de Rehabilitación de Orangutanes de Sepilok (según parece uno de los mejores del mundo, pero la información la valoramos de escasa).  Sólo acudieron un par de ellos a la plataforma de alimentación (como están libres en la selva contígua vienen los que quieren, normalmente sujetos jóvenes reintroducidos recientemente). Fue caro y algo "circo turístico", pero por lo menos apoyamos una buena causa.
Después nos trasladamos a Sukau, un pueblo perdido en la rivera del rio Kinabantang donde hay una reserva nacional de flora y fauna importante. Nos sentíamos como en "La Reina de África".
Tres días de excursiones oteadoras... no tuvimos que afinar mucho la vista en la primera de ellas ya que nos topamos, sorprendidos a la par que emocionados, con este ejemplar de elefante pigmeo salvaje dándose un baño en un afluente. Nuestro guía local estaba tan emocionado como nosotros... Y el elefante también, por lo que se marchó.
El lugar y sus gentes es realmente encantador. La vida mira hacia el rio, y sus gentes se mueven por él.
...Y vizco (de rara flor).
Uno de los grandes tesoros de la zona es su abundancia de aves. Entre las que más nos gustaron están  los Kingfishers. Es un espectáculos verlos pescar a una velocidad que supera al ojo humano. La excursión nocturna nos permitió acercarnos suficiente como para fotografiarlos. Echamos de menos una lente telescópica para otros más lejanos e huidizos pero, por lo menos, teníamos unos prismáticos y las imágenes están grabadas en la memoria.
Otro de nuestros encuentros...(hay que ver a dónde llega la vista de los guías para localizar seres). Una pitón mediana engulló delante nuestra a un roedor despistado: aquí sólo le quedaba el rabo y alguna patilla.
Con la bruma levantándose a nuestra proa, las excursiones al amanecer son, si cabe, aún más mágicas. El río humeante levanta su telón para mostrar su espectáculo, a nosotros, sus espectadores entusiastas.

La señora  Livingstone...supongo, olfateando el brote de un jengibre salvaje.
Los macacos de cola corta eran los más descarados, pero también vimos monos narigudos (proboscis), macacos de cola larga y algún gibón.
Todos despiertan nuestro lado más primate y algunos verdaderamente son hombres de la selva.
Conflicto de paso entre dos grupos de macacos en el puente de los orangutanes, ingeniosamente construido con mangueras de bomberos para evitar el aislamiento de los grupos remanentes. Allí estuvimos observándolos  en sus trifulcas vespertinas.
La calle principal de Sukao al atardecer cuando llama la lumbre...
Gracias a la nueva conciencia ambiental se ha conseguido conservar la zona de jungla de la invasión de las plantaciones de aceite de palma. El pueblo aún permanece intacto, con un enorme encanto junglero.
A las 6 de la mañana, de camino al cole...
La quietud en la jungla no existe, pero sí un estrepitoso silencio que evidencia su diversidad
Después de unos días, cuales Rodriguez de la Fuente (que por cierto era dentista), pudimos distinguir algunas especies entre la arboleda.
Nuestro guía eran un jóven jovial padre de familia con el que hicimos migas (salvando las distancias del lenguaje).Una  noche nos deleitó con la pieza más conocida del concierto de Aranjuez que, hasta ese día, pensaba que era una obra japonesa..no te fastidie.

Ummm... me parece que he visto un lindo gatito..(hay leopardos moteados, pero muy raros de ver).
Plano-secuencia de nuestra particular película almodovariana:
Nos debían  llevar desde Sukau hasta el cruce (a 40 km) para poder coger la guagua. La cara se nos quedó a cuadros cuando vimos que el  conductor de 14 años que nos llevaba no era el  chófer oficial (menos mal), sino otro sujeto que él sacó en brazos de un bar y que era  rompetechos pero paralítico de piernas. Conducía con un estick de treking del revés apretando acelerador o freno (según la ocasión). El brazo que le quedaba libre lo empleaba, aparte de para sujetar el volante, para saludar a todo ser que se cruzaba en nuestro camino a la par que para coger el móvil (conduciendo con el codo entonces) puesto era un hombre de negocios y llevaba, en el asiento de copiloto, a su secretario personal, un chico de unos 16 que le sostenía una botella de agua llena de café, pues no le había dado tiempo a desayunar. Nos tranquilizó diciendo que no podía pasar de 100... conteníamos la respiración cada vez que adelantaba o nos cruzábamos con los numerosos camiones de carga que pasan por esa carretera. De la niña de cuatro años que en la "gasolinera" se encargaba de poner el embudo mejor no diremos nada....

3 comentarios:

Ele dijo...

Sin palabras... pedaso viaje!!! Y mientras aquí....primavera-verano, liga de fútbol (como siempre Barça o Madrid y Tenerife dando caña...), corrupciones políticas, crisis aguda, desastre económico y aéreo por la nube volcánica de Finlandia...Y los días, que se pasan volandito...Allí están muy bien queridos, sigan disfrutando y acercándonos a otros mundos...Muchos besos, les quiere, L....Ah! Rebe viene este fin de semana a Las Palmas!!!

Juan Presa dijo...

Es increíble, mantanéis el blog con una calidad que ya tiene mérito. Supongo que, progresivamente, dejáis atrás la apacible sociedad anglosajona de Australia y NZ para internaros en el laberinto asiático. Nada que ver. Espero que encontréis cybers donde actualizar el blog. Suerte colegas! Creo que lo fuerte viene a partir de ahora.

CARLOS-MAÑO dijo...

Esta entrega me ha gustado especialmente... Empieza la aventura, gracias por compartirla con nosotros!!!!