miércoles, 2 de junio de 2010

VIETNAM: SAIGÓN - DALAT

Nuestra llegada a Vietnam fue algo chocante ( a pesar de venir de Indonesia que no se quedaba corta), con toda una avalancha de despiadadas motos que inundan la ciudad de Saigón (Hoi Chi Minh). Para una población de 4 millones, hay más de dos millones de ellas.

Así y todo, conocimos los tesoros de la ciudad, escasos y "grises" bajo nuestro punto de vista, subidos a un par de estas motos, como podrán ver en este enlace:
motos en saigón

Primera prueba a superar: cruzar la calle. Es como meterte en medio de una estampida esperando ser Moisés en el Mar Rojo.

La entrada  a estos templos chinos (no recordamos el nombre) era un remanso de paz y de meditación urbanita en medio del caos.

El incienso que no falte. No vaya a ser que a un espíritu inquieto le dé por manifestarse.
Pagando una módica cantidad puedes colgar tu espiral de incienso de los celajes.
Si no te lo puedes permitir, una barrita también tira...
En este monasterio Vietnamita se recuerda a los ilustres muertos. Estos templos son algo diferentes de los chinos. Tienen un aire a una tienda de antigüedades.

La verdad es que Saigón no nos dijo mucho, así que, en cuanto pudimos, marchamos hacia las tierras altas de Dalat, una antigua joya colonial francesa donde se respira un aire bien fresquito, cosa que se agradece. Es famosa por sus cafetales...resulta que Vietnam es el 2º país exportador de café del mundo ( y su principal comprador es.... Brasil) y el primero de pimienta negra.
Para explorar la zona decidimos hacerlo con los guias de Easy Rider. Tuvimos suerte porque fueron gente encantadora y muy profesionales. Además de hacernos el paseo muy agradable.
Una alto en el camino para contemplar los alrededores...
La Pagoda del Dragón es, sin duda, una de las más espectaculares que hemos visto hasta ahora y aunque no es muy antigua, si que es histórica.
Toda ella estaba hecha al estilo mosaico con trozos de cerámica y vidrio.
Renzo contemplando los detalles de uno de sus plantas..
Desde el tejado observando el colorido..

Niñas depositando sus deseos en la campana sagrada de la Pagoda. Nosotros no fuimos menos y dejamos los nuestros..

Curioso y apañado telar.Los saquitos que se ven sirven para cambiar el diseño del patrón.
Un templo budista y sus monjes a la hora de las tareas del hogar. Este lugar admite la residencia de gente extranjera y las fotos nunca hacen justicia, pero el lugar y su entorno invitaba a quedarse un fin de semana para meditar:  En lo alto de unas colinas, justo encima de un lago y alejados del mundanal bullicio.
Crazy House, fue el capricho de un arquitecto local que dió rienda suelta a su imaginación inspirada, sin duda, en Gaudí y Dalí. Un lugar muy original, donde puedes pernoctar en una de sus temáticas habitaciones. (muy caro)
De Dalat hasta llegar a la costa de Nhan Trang, lo hicimos con un guia durante 3 dias, pasando por Buon Ma Thuot.

Una visita a un taller de seda donde puedes presenciar todo el proceso. Desde la cria de los gusanos y sus crisálidas a la tela terminada. El proceso es ecológico, sin querelo, puesto que el motor de sus telares, es alimentado por las cáscaras del café y del arroz de la región.
Una sensación maravillosa en el interior de una cascada.
Agarrando las barbas del dragón... Neverending story
Nos gustaría, por un momento, encontrarnos esta imagen en nuestras iglesias...El Buda Feliz está asi de gordito, no porque se salte la dieta monjil, sino porque se traga las penas (y se ríe de ellas) de todos los que lo visitan.
Es también el buda de la abundancia.
Por el camino visitamos lo que ellos llaman "Minority Villages",término que no nos gusta mucho, pues les resta toda la identidad que pudieran tener. De hecho mucho de estos pueblos no hablan vietnamita.
Recomendamos no darles caramelos, para no fomentar las caries, tal y como les gusta hacer a los guias locales.
Al mercado ya no se va con la cesta o el carrito. Se va en moto.
La moto en estos países es mucho más que un medio de transporte, es la base de la economía popular.
Secando el arroz en la carretera.
Detalle de unas escaleras para acceder a la casa comunal.
A los elefantes siempre los han tomado como animal de carga, pero ahora sólo son rentables para el turismo. Nos dió bastante pena el trato y sus condiciones (todo ello reflejado en los ojos de este lindo animal), así que nos negamos a participar.
Los que sí son una alegría son los cerdos, que viven a sus anchas y disfrutando de la vida cerduna.
Aqui él nos presenta el lago donde vive.
Un poco de monumento friki y tal con tanque incluido.
Oda al comunismo en la ciudad de Buon Ma Thuot:  De lo poco de comunista que tiene este país, de resto rendido al capitalismo.
Como recomendación de esta ciudad: La heladeria. No hay que perderse el helado de coco o de Durian (viene en la lonely).
Otra oda al coco, del que se aprovecha todo.
Hora del almuerzo con los guías. Esta vez toda una experiencia. Rollitos de papel de arroz, rellenos de lechugas, hierbas, carne, verduras y una salsa sin nombre.
Estas cascadas quitan el habla. Aparte de su espectacular color, la zona es preciosa.

¿Y que me dicen de esta piscina de película?
Por alli, los chavales después del cole, van a tirarse del puente...al río. Emocionados porque una cámara capturaba sus peripecias, alguno que otro se dió un planchazo de los buenos.
Nos gusta esta foto y por eso la ponemos.
Aunque con el guía (quien la hizo) ya eran palables las discrepancias.
Lo que puede salir del WC...
esta era la casa de la amiga rana.
El zumo de caña de azúcar con naranja y hielo es un elixir delicioso con estos calores, aunque sea un riesgo....
Aquí la señora exprimiédolo sobre la marcha.

1 comentario:

CARLOS-MAÑO dijo...

Seguis disfrutando eh??? jeje. Nos alegramos que todo vaya genial y que la aventura no tenga fin... La foto de los niños saltando del puente, me parece bestial..