martes, 9 de marzo de 2010

BAJANDO EL TROPICO


Cantando canciones en una mezcla eslovaco-canario-inglesa en la caravana de Ivana y David, con los que recorrimos muchos kilómetros.

Eugenella National Park... esperando a que algún Platypus (ornitorrinco) se dignara a aparecer. Al final de un buen remojón pluvial lo vimos, pero ya montados en la caravana.


Capricorn Caves. Nada del otro mundo en cuanto a formaciones geológicas pero interesante por ser de origen coralino.


En una sala llamada la catedral, donde se celebran bodas y todo, Ana, presionada por la concurrencia (a instancias de Ivana), tuvo que cantar para probar la sonoridad (al parecer perfecta) del lugar. Volveeeeeeer... preciosa canción que emocionó hasta al apuntador.


Just in la línea del Trópico, el fotografiador fotografiado.


Este pueblo con su playa arbórea se llama 1770 porque alguien posó su divino pié en esa fecha. ¿Adivinan quién? Claro que sí, el omnipresente Capitán Cook. Se trata de un pequeño pueblo con surf interesante... y tiburones y medusas también interesantes. De todas maneras, como pueden ver, una borrasca nos está acompañando todo el camino, dejándonos afortunados instantes de respiro para nuestras visitillas.



El arte natural de los cangrejoides orillerus es digno de elogiar. Sugerentes diseños que el azar de su labor pone a disposición de los homo paseantis.
De camino a a Bundaberg, nos encontramos con este panorama. Un campo de sandías destrozadas. ¿Sería empacho del granjero?,¿Mala cosecha? El caso es que estéticamente nos cautivó. Por supuesto, nos llevamos una sandía íntegra para compartirla en el hostal de mochileros. Y pudimos comprobar que no era por mala cosecha, pues estaba muy rica.


La zona, llena de cañaverales, es famosa por su ron pero, en nuestra opinión, lo mejor es su fábrica de Ginger Beer, un refresco de jengibre que está buenísimo.



Pero si algo nos traía a Bundaberg era ver nacer a las tortugas marinas en la reserva de Mon Repos. En sus playas, 3 tipos de tortugas vienen a desovar cada año, dejando un riego de más de 2000 nidos. Nosotros llegamos en el momento de la eclosión de muchos de ellos y pudimos ver como salen de entre la arena cientos de tortuguitas, llenas de fuerza y decisión para adentrarse en el mar y enfrentarse a la dura vida...¡qué poético! No volverán a estas aguas hasta dentro de 17 años.


Estas criaturas están llenas de fuerza, después de emerger de la arena, su instinto les conduce a moverse y a impulsarse todo el tiempo siguiendo la luz más baja que encuentren (normalente, el horizonte o el reflejo de la luna en el mar). Fue muy emocionante.. nada más hay que ver la cara.


Con las linternas apuntando al suelo, creamos un camino de luz hacia el mar, donde pudimos sentir entre los pies como iban avanzando. Fue una experiencia fascinante que por supuesto, recomendamos. Las fotos son bastante deficientes porque no estaba permitido el flash ya que las desorienta.


Hola! Como te llamas? Que haces por aquí tan solo? Ana buscando el príncipe verde.




De compras a caballo



A mis amigos farmacéuticos: Déjense de robots y fórmulas magistrales y monten un “Ruegos y Recetas” on the Road...es lo último!

Fraser Island: La mayor isla de arena del mundo (más o menos del tamaño de Fuerteventura). Un verdadero milagro de la vida. Con solo 120 metros de altura máxima, tiene ríos cristalinos y bosques tropicales con árboles que llegan a los 30m... ¡todo sobre un bancal de arena!

Reflejos en el lecho.
Barcos de otrora embarrancados (este en 1935) hasta que la naturaleza los consuma.

Dingo de Fraser. Hay que tener cuidado con ellos porque, a pesar de su aspecto inofensivo, pueden llegar a ser peligrosos. Está casi tan flaco como yo.

Lago McKenzie en el centro de Fraser Island. Todo purita agua de lluvia sobre arena de sílice a la temperatura perfecta... nos costó irnos de este paraíso.

Refugiándonos de las tempestades conocimos a Santiago (trotamundos original de Logroño) en la biblioteca, donde todos vamos a saprofitar internet. Nos invitó a cenar y a una hogareña charla. Foto familiar con Jazmin.

Byron Bay... más gente en el agua que fuera de ella, esperando que llegue el coletazo del tsunami.


Decidimos hacer noche en el interior y nos fuimos a Nimbi, sede del famoso Aquarius Festival del ´73. Muchos retales quedan del espíritu hippie de entonces. El sitio donde nos quedamos tenía alojamientos de distintos estilos para quedarse: desde un carromato gitano hasta una choza jamaicana (en la foto), una cabaña sueca, un tipi indio, una furgona,... muy original pero algo dejado. Si te levantas temprano puedes pillar a un wallabie (canguro pequeño) desayunando.


Los alrededores eran realmente bellos y poblados de criaturas vivientes. En este remanso del río se dejaron ver (pero no fotografiar) unos ornitorrincos.

Los frontis del pueblo de Nimbi son parte de ese legado.

Y también sus murales. A nosotros nos pareció que en otros pueblos de la región (pej. Mullumbimbi) ese espíritu era más real y en Nimbi más “turístico” y decadente.

Cascada en Nightcap National Park.

5 comentarios:

Hiurma dijo...

Hola chicos!!!es una gran alegría verles como están gozando a tope la experiencia, me encanta que no pierdan detalle!! yo se los agradezco, así puedo conocer algunos rincones(desde este espacio virtual) y disfrutar de cuando en cuando de estos ratitos en su compañía. UN ABRAZO hasta pronto!!

ensalitrao dijo...

holaaa chikillllloss.......cada vez los veo más integrados en la aventura..y sobre todo con los lenguajes y dialectos ya que en estas últimas fotos...las explicaciones no las entiendo mija....jajajajajaj...oye que aqui empieza en breve la primavera.....un abrazo fuerte pa los dos....

marata dijo...

hola pareja!!!
ustedes son como los buenos vinos mejoran con el tiempo en sus aportaciones al blog. Me han encantado las fotos de las cosechas de sandía rotas (de aquí hay que sacar un gran cuadro Anita), o una gran foto con macro, Ana entre juncos de ronera, el Dingo immmmmmmmmmpresionannnte quiero más y la carita de ilusión de ana al ver salir a la tortuga, acojonante...

Me quedo con pena de no ver un buen ornitorrinco.

En la península siguen las nieves, la crisis, murió Delibes y Jorge Drexler sacó nuevo disco. Esto último espero que te haga especial ilusión. Besos a los dos y madre mía que Dingo!

Ele dijo...

Qué fotos tan lindas!!Qué experiencias, qué aventurillas!!
Mis niños, se les echa mucho de menos....!!! Muchos besos:-))

tachelagalvan dijo...

Hola mis niños,la verdad que si que están mas dingos ambos dos,los voy a nombrar Dingos de Guancheseir,jeje...sigan disfrutando del viaje y ánimo aunque más bien me lo voy a dar yo por la envidia,jaja¡¡¡
Un beso fuerte¡¡